Desde comienzo de 2021, cuando el índice del dólar tocó niveles de 89.70, ha venido en una constante tendencia al alza que se extiende ya por 18 meses, y que ha llegado a un máximo en 109.13 el pasado 14 de julio. Al momento de escribir esto, dicho índice se encuentra en niveles de 105.97, con un leve retroceso en los últimos 11 días, influenciado en cierta forma por los datos relevantes recién publicados, como el aumento en la tasa de interés en E.U. y la publicación del dato del GDP preliminar.
Que consecuencia puede traer este aumento consistente del dólar?
Ha venido impactando de manera dramática la economía global, pues hace presión en el alza consistente de la inflación en E.U. así como de su déficit comercial, lo cual necesariamente afecta a las economías menos sólidas.
El dólar tomó un fuerte impulso en la primera quincena de este mes, en parte porque la moneda líder sigue siendo refugio ante la incertidumbre que causan factores como el sostenido aumento de precios, la interminable guerra en Europa, el precio del petróleo y gas, y el renovado temor del Covid, sobre todo en China que desde mediados de marzo, ha visto un incremento en los casos.
Cabe hacer notar además, que el dólar continúa siendo la moneda fuerte del mundo, que sigue siendo usada como referencia para el pago de bienes y servicios a nivel mundial. Claro que ello repercute en diversos países, que como contraparte a la fortaleza del dólar se devalúa su moneda y por lo tanto pagan mas en su propia divisa ahora, de lo que se pagaba antes por los mismos bienes o servicios. Y claro, eso aumenta la inflación en dichas economías, así como la presión devaluatoria, creando así una espiral difícil de revertir.
Una pequeña luz, o beneficio por reflejo, son las remesas en dólares que se reciben en diversos países, sobre todo de Latinoamérica, por parte de gente que trabaja y produce en el país norteamericano.
Por otro lado, es evidente que un dólar fuerte perjudica las exportaciones de E.U., pues son mas caras para los extranjeros, vendiendo así, menores cantidades en bienes y servicios y otorgando con ello de forma involuntaria un beneficio a otros exportadores que puedan ofrecer mejores precios.
Y entendiendo la difícil situación que se vive a nivel mundial, habrá donde encontrar una buena noticia?
Bueno, pues todo este análisis nos muestra que los desequilibrios en los mercados forman parte inequívoca de los ciclos económicos, y la historia nos ha demostrado que los períodos de prosperidad y crisis se siguen unos a otros. Las crisis no son permanentes y esa es la buena noticia, aunque cabe aclarar que en este momento, nadie sabe cuando ni como terminará la crisis actual, impulsada ciertamente por los eventos atípicos vividos en los últimos dos años y medio, como son la epidemia de coronavirus y la guerra en Europa, con sus catastróficas consecuencias para todos los que vivimos en este mundo..
Habrá que seguir observando de cerca el desenvolvimiento de los factores clave, que puedan darnos algunas pistas sobre el devenir de la situación mundial.