El mercado Forex es el mercado internacional de divisas en el cual se negocian/operan activos financieros comúnmente conocidos como divisas, monedas, dinero. Esta operatividad se lleva a cabo en pares de divisas, es decir el valor de una en relación a otra.
El mercado Forex está abierto 24 horas al día, durante 5 días de la semana, sujeto a la liquidez del mercado. Nuestro broker le ofrece la posibilidad de comenzar a operar los domingos, a partir de las 5:00 PM (hora de N.Y.), hasta los viernes a las 5:00 PM (hora de N.Y.). Debido a la posibilidad de operar las 24 horas del día, los operadores/clientes de divisas tienen la ventaja de personalizar su propio horario de operación, es decir, se puede entrar o salir del mercado a cualquier hora sin tener que esperar la campana inicial del New York Stock Exchange o enfrentarse a un gap en el mercado.
Breve historia del mercado Forex
Convenio de Bretton Woods
En 1967, un banco de Chicago no le concedió a un maestro universitario llamado Milton Friedman, un préstamo en libras esterlinas porque tenía intenciones de utilizar los fondos para producir escasez de la moneda inglesa. Friedman, quien se había dado cuenta de que la libra esterlina tenía un precio demasiado alto en comparación con el dólar, quería vender la moneda y luego, después de que el precio de la moneda disminuyera, volver a comprarla para rembolsar al banco, quedándose de este modo con una rápida ganancia. La negativa del banco a otorgar el préstamo se debió a lo establecido en el Convenio de Bretton Woods, formalizado poco más de veinte años antes, el cual fijaba el precio de las monedas nacionales respecto del dólar, y establecía el dólar a una tasa de $35 por onza de oro.
El Convenio de Bretton Woods, establecido en 1944, tenía como objetivo instaurar una estabilidad monetaria internacional, y así evitar la fuga de dinero entre naciones y restringir la especulación en las monedas del mundo.
Antes del Convenio, el patrón cambio oro que prevaleció entre 1876 y la primera Guerra Mundial dominaba el sistema económico internacional. Bajo el sistema de cambio oro, las monedas ganaban una nueva fase de estabilidad dado que estaban respaldadas por el precio del oro.
Esto abolía la antigua práctica utilizada por reyes y gobernantes de rebajar arbitrariamente el valor del dinero y provocar inflación.
Pero al patrón cambio oro no le faltaron fallas. A medida que una economía se fortalecía, ésta importaba demasiado del exterior hasta agotar sus reservas de oro requeridas para respaldar su dinero. Como resultado, la masa monetaria se reducía, las tasas de interés se elevaban y la actividad económica disminuía al punto de llegar a la recesión. A la larga, los precios de las mercaderías habían llegado a su punto más bajo, siendo atractivos para otras naciones que se precipitaban a comprar en forma desmedida, lo que inyectaba a la economía con oro hasta que ésta aumentara a su masa monetaria, bajara las tasas de interés y se volviera a crear riqueza en la economía. Estos patrones auge-caída (ciclos económicos) prevalecieron durante el periodo oro hasta que inició la Primera Guerra Mundial, cuando se interrumpieron los flujos de comercio y el libre movimiento de oro.
Casi al final de la Segunda Guerra Mundial, se celebró el Convenio de Bretton Woods, en el cual los países participantes acordaron mantener el valor de sus monedas con un margen estrecho en comparación con el dólar, y una tasa de oro correspondiente, según fuera necesario. Se les prohibió a los países devaluar sus monedas en beneficio de su comercio y sólo se permitía un pequeño margen del 10% en el caso de devaluaciones inevitables. En la década de los 50, el volumen del comercio internacional en constante expansión produjo movimientos masivos de capital generados por la construcción posterior a la guerra. Eso desestabilizó los tipos de cambio como se habían establecido en Bretton Woods.
El Convenio fue finalmente abandonado en 1971, y el dólar estadounidense ya no sería convertible en oro. Para el año 1973, las monedas de las naciones industrializadas más importantes comenzaron a flotar con más libertad, controladas principalmente por las fuerzas de la oferta y la demanda que actuaban en el mercado cambiario. Los precios se fijaban diariamente a un tipo de cambio libre, con un aumento de los volúmenes la velocidad y la volatilidad de los mismos durante la década del 70, dando lugar a los nuevos instrumentos financieros, la desregulación del mercado y la liberalización del comercio.
En la década del 80, la circulación de capital a través de las fronteras aceleró con la llegada de las computadoras y la tecnología, extendiendo la continuidad del mercado a través de las zonas horarias de Asia, Europa y América. Las transacciones en divisas se dispararon desde alrededor de $70 billones de dólares por día a mediados de los 80, a más de 4 trillones diarios en la actualidad.